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jueves, 8 de noviembre de 2012

Conocimiento como proceso dialectico



Conocimiento como proceso dialectico



El mundo que rodea al hombre es de una riqueza inagotable en cuanto al infinito número de fenómenos y procesos, con sus cualidades y propiedades; que en él ocurren. El hombre nace sin tener conocimiento alguno. Lo adquiere en su enfrentamiento con los fenómenos que se producen a su alrededor en el proceso de la práctica, a través de su actividad histórico-social.

La teoría marxista del conocimiento demuestra que la fuente inagotable del conocimiento es el mundo material, es decir los fenómenos y objetos del universo.

La teoría del conocimiento del materialismo dialéctico se asienta en la tesis de que el mundo exterior que nos circunda existe objetivamente y se refleja en la conciencia humana; o sea, el mundo circundante es la fuente de todos nuestros conocimientos. El conocimiento es un proceso que se desarrolla constantemente.
El conocimiento desde el punto de vista del materialismo dialéctico es un proceso infinito de aproximación del pensamiento a la esencia del objeto conocido. Es un producto del desarrollo social, y se interpreta como resultado de la transformación activa del mundo circundante por el hombre.
El órgano del pensamiento humano es el cerebro. Sin un cerebro normal, el hombre no puede pensar, tampoco un cerebro aislado del resto de los sistemas que integran al hombre, y de la sociedad no puede pensar.
La actividad material de los hombres, dirigida a transformar la naturaleza y la sociedad constituye el fundamento y el objetivo del conocimiento.

El conocimiento se obtiene en el curso de la práctica social del hombre, o sea, en su relación con la realidad objetiva que lo rodea. Y la práctica social comprende toda la actividad de los hombres, en cuyo curso ellos actúan sobre el mundo material y lo transforman. El conocimiento es un proceso mediante el cual el hombre puede penetrar en la esencia u origen principal de cualquier fenómeno u objeto del mundo material. Como la esencia no reside en la superficie de los fenómenos y no puede ser conocida solo por la contemplación sensorial o por la observación, es decir, por lo que nos proporcionan los sentidos, es preciso pasar de la contemplación de los fenómenos de la realidad al descubrimiento de su esencia, de las leyes internas a que están sometidos.
Todas las formas cognoscitivas se elaboran en el proceso de la práctica, de la actividad conjunta de los hombres. El hombre conoce el mundo permaneciendo en sociedad y aprovechando la experiencia acumulada por las generaciones precedentes y fijadas en los medios de producción, en la lengua, la ciencia, la cultura, etc

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